Cada segundo cuenta. Los minutos previos a una sesión de azotes corren muy veloces, casi como los alterados latidos cardíacos de los partícipes, pero también son un "tiempo muerto"... o pueden ser un tiempo que la percepción nos haga vivir como un lento encadenamiento de acciones.
De eso te quería hablar, de esas pequeñas acciones, esos gestos sutiles que luego marcarán de alguna forma el carácter de la sesión que - inexorablemente - se avecina. Una negligencia gestual por parte de la spankee, una mirada del rostro aún no inexpresivo del spanker ¿ella ha captado la mirada? ¿si no por qué insiste?
En esos minutos previos a la sesión se condensa una gran parte de la intimidad y sus lenguajes sutiles entre spankee y spanker. Alguna palabra entrecortada, una risa fuera de lugar, el hacer justamente lo que la spankee no debe hacer o recibir una brusca indicación... pueden ser tantas cosas, estoy seguro que tú te imaginas muchas más aún.
Cuando un muelle se tensa, en sus moléculas va acumulando (¿es así o no Cometospk?) toda la energía dinámica mediante la cual luego se expandirá de golpe, entonces el juego previo entre spankee y spanker es como cuando apretamos el resorte poco a poco para dejarlo de golpe. Se produce un cambio de ritmo.
Primero la calma y luego la tempestad... de azotes.